
Los tacones dibujan líneas asimétricas en el cuadrado perfecto del piso trabajado con un arabesco entrecruzado por líneas simétricas que se dibujan sobre un taco de una impresión litográfica: Esquema simple acompañado por un abrazo que guía los movimientos de cintura y los giros sobre los pies en ese cuadrado monolítico que representa el mundo entero donde giran las figuras esbeltas y las minifaldas acompañadas por esos dobleces rectilíneos. Engominados y recios se presentan al espectáculo de la danza sobre un mosaico que delimita el territorio de los pies lustrados, sacando chispas al compás de la orquesta en firuletes barrocos y contorsionados desplazamientos de caderas. Los dos son uno y uno sobre uno: dos. Y en ese mundo rectangular el tango arrabal forja su destino de música-baile.
Octavio Fiorelli
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